Una historia con final feliz – Caso de éxito formación experiencial

Una historia con final feliz – Caso de éxito formación experiencial

Una historia con final feliz

Caso de éxito en formación experiencial:

Formación Experiencial Habilidades Directivas para Mandos Intermedios

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Una pequeña brisa nos acompañaba a las 9 de la mañana. El sol ya amenazaba que iba a ser un día caluroso, por lo que nos teníamos que preparar para poder disfrutar de la mañana al aire libre sin tener que sufrir un sol aterrador. Los facilitadores estábamos preparados para recibir a los participantes; Antonio Cámara preparando la sala para la tarde, David Simón y yo preparando los diferentes retos. Debíamos cumplir el timing establecido para conseguir los resultados que nos habíamos planteado.

Llegó el momento de la verdad. Parece increíble, pero un taller experiencial supone mucha preparación interna, y después de 15 años haciéndolo se sigue sintiendo ese pequeño hormigueo en las piernas que te hace dar lo mejor de ti mismo.

Diez personas y un reto por delante, vivir la experiencia de desarrollar sus habilidades directivas para que puedan mejorar la gestión de sus equipos.

Durante la mañana trabajamos habilidades como la resolución de problemas, la empatía y asertividad, la comunicación, la escucha activa, la planificación, la negociación, así como la creatividad.

Después de cada reto que poníamos a los participantes, nos parábamos a reflexionar sobre la ejecución del ejercicio y el resultado obtenido. Esto resultaba fundamental, pues conforme íbamos avanzando durante la mañana, el desempeño era mucho mayor. Todos íbamos aprendiendo observando a los participantes y a las elocuentes reflexiones que se propiciaban.

Pero yo personalmente me llevo lo siguiente: “paremos un instante antes de actuar”. Parece que en ocasiones nos hayan educado solo para actuar y está mal visto el pararse para pensar. Influye por supuesto la presión por urgencia pues todo es para anteayer, por lo que priorizar resulta fundamental.

IMG_5843Nos faltaba aterrizar todo lo reflexionado en nuestro día a día y después de comer, nos sentamos en un salón para trabajar conjuntamente cómo llevar a nuestra realidad diaria profesional todo lo trabajado durante la mañana. Primero nos evaluamos a nosotros mismos en una serie de habilidades. Resulta fundamental conocerte a ti mismo para empezar a desarrollarte y saber dónde orientar el foco del esfuerzo. A este ejercicio le llamamos la rueda de la vida. Resulta curioso lo complicado que resulta evaluarte a ti mismo. Luego aplicamos el mapa de empatía para conocer a nuestros colaboradores, para finalizar con una serie de conductas que vayan afines a ellos, y en las cuales yo me encuentre cómodo.

Evidentemente todo esto no lo hubiéramos conseguido sin la actitud de los participantes; siempre dispuestos a superar los retos, con energía, apuntando en sus libretas todas las conclusiones para llevarlas a su trabajo.

La cooperación, la reflexión conjunta y la cordialidad fueron fundamentales para obtener el trabajo que logramos todos.

Algunos comentarios de nuestros participantes:

«Me parecen métodos muy innovadores, fuera de los típicos formativos «al uso».»

“Amplio conocimiento de los formadores en la materia.”

“Ha sido una experiencia «diferente» y una manera de aprender original y divertida.”

“La cercanía, profesionalidad y atención de los formadores. Además de la metodología.”

“La capacidad de los docentes para transmitir el objetivo. Me voy con la sensación de que ha sido un curso que realmente ha valido la pena.”

“La reflexión, lo intrínseco, desarrollo personal.”

“Innovación, trato cercano con instructores.”

“La manera de recibir la formación con juegos y pruebas que demuestran la realidad de la teoría.”

Gracias a los participantes por pasar el día con nosotros, y confiar en nuestro saber hacer.

Un fuerte abrazo,

JE

 

José Enrique García

Director General de Equipo Humano

 

 

 

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