Las empresas desperdician 1.000 millones en créditos de formación bonificable de FUNDAE en tres años
- Madrid, Cataluña, Andalucía y la Comunitat Valenciana lideran el ranking de créditos de formación no consumidos.
Las empresas españolas han dejado escapar una oportunidad millonaria. Según un análisis realizado por la consultora Equipo Humano, basado en los informes públicos de la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (FUNDAE), más de 1.000 millones de euros en créditos de formación se han quedado sin utilizar en los últimos tres años.
Una cifra que refleja no solo un desaprovechamiento de recursos, sino una oportunidad perdida para impulsar la competitividad y el desarrollo del talento en España.
Estos créditos, disponibles para todas las compañías que cotizan por formación profesional, permiten financiar la capacitación de sus trabajadores a través de bonificaciones en los seguros sociales.
Sin embargo, la realidad es contundente: entre 2022 y 2024, las empresas han empleado de media solo el 55% del crédito disponible.
Dicho de otro modo, una de cada dos euros destinados a la formación se pierde cada año, un dinero que las propias empresas ya han pagado a través de sus cotizaciones y que simplemente no llegan a recuperar.

Un mapa desigual: cuatro comunidades autónomas concentran más de 300 millones de créditos de formación sin utilizar.
El desaprovechamiento de estos fondos no es uniforme en todo el territorio español. El análisis de FUNDAE revela diferencias regionales significativas que van más allá del tamaño económico de cada comunidad y reflejan también patrones distintos en la cultura de formación empresarial.
Madrid, Cataluña, Andalucía y la Comunitat Valenciana lideran el ranking de crédito no consumido.
Solo en 2022, estas cuatro comunidades dejaron sobre la mesa más de 300 millones de euros que podrían haberse destinado a formar y actualizar las competencias de miles de trabajadores.
- La Comunidad de Madrid encabeza la lista con 121,9 millones de euros sin utilizar, a pesar de que su tasa de aprovechamiento alcanza el 56,1%.
- Le sigue de cerca Cataluña, donde 115,2 millones de euros quedaron sin consumir y la tasa de uso apenas llegó al 50,7%, la más baja entre las grandes regiones económicas del país.
- Andalucía, por su parte, desaprovechó 41,4 millones de euros, aunque logró una tasa de consumo más elevada, del 63%, que la sitúa entre las comunidades con mejor aprovechamiento relativo.
- La Comunitat Valenciana cierra este grupo de cabeza con 39,9 millones sin utilizar y un 53,1% de aprovechamiento.
El patrón se repite en el resto del país, aunque con cifras menores en términos absolutos.
- El País Vasco dejó sin usar 28,2 millones de euros, con una tasa de aprovechamiento del 50,3%
- Mientras que Galicia no aprovechó 20,4 millones (56,3% de uso).
- Castilla y León registraron 15,4 millones de crédito no consumido con un 57,6% de aprovechamiento.
- Aragón 14,5 millones con apenas un 50,5%.
- Canarias 12,7 millones (54%).
- Illes Balears 12,1 millones de euros, siendo esta última la comunidad con peor tasa de toda España: solo un 48% de aprovechamiento.
En el caso de las regiones de tamaño medio:
- Castilla-La Mancha dejó sin consumir 11,1 millones de euros, aunque con una tasa de aprovechamiento del 59,1% que la sitúa por encima de la media nacional.
- La Región de Murcia no utilizó 10,7 millones (58,6% de uso).
- Navarra 9 millones (52,3%).
- Asturias 7,4 millones (56,8%).
- Cantabria 3,9 millones (60%).
- Extremadura 3,5 millones de euros.
Esta última, a pesar de ser una de las regiones con menor volumen económico, destaca positivamente al registrar la tasa de consumo de créditos de formación más alta de toda España: un 65,3%.
Incluso las comunidades más pequeñas muestran márgenes de mejora considerables. La Rioja no utilizó 3,2 millones de euros, con solo un 45% de aprovechamiento, Ceuta dejó sin consumir 280.000 euros (53,7%) y Melilla 160.000 euros (58,2%).
«No se trata de formar por cumplir, sino de formar para transformar»
Para el CEO de Equipo Humano, José Enrique García, estas cifras representan algo más que un simple dato estadístico. Son el reflejo de una oportunidad estratégica que las empresas españolas están dejando pasar año tras año, con consecuencias directas en su competitividad y en el desarrollo profesional de sus equipos.
«La formación no es un trámite, es una herramienta de transformación real. Cada año miles de empresas dejan sin usar un recurso que ya han pagado a través de sus cotizaciones.
No se trata de gastar, sino de invertir en que las personas estén preparadas, motivadas y alineadas con los retos del futuro», advierte García.
Desde su perspectiva, el problema no es solo de desconocimiento, sino también de concepción.
Muchas empresas siguen viendo la formación como un cumplimiento normativo, una casilla más que marcar en la gestión de recursos humanos, cuando en realidad debería entenderse como una inversión directa en competitividad y en la fidelización del talento.
«El talento necesita tiempo y espacios para crecer. Desde las pymes hasta las grandes corporaciones, todas las empresas tienen la oportunidad de activar estos fondos para mejorar su rendimiento y cuidar de sus equipos.
No se trata de formar por cumplir, sino de formar para transformar», insiste el directivo.
Un derecho infrautilizado que ya está pagado.
La ironía de estos datos es evidente: todas las empresas que cotizan por formación profesional disponen de un crédito anual gestionado por FUNDAE, cuyo importe depende del tamaño de la plantilla y de las cotizaciones realizadas el año anterior.
Es decir, no se trata de un dinero adicional que haya que solicitar o justificar de forma extraordinaria, sino de un derecho que ya está pagado y que simplemente hay que activar.
A través de este sistema, cualquier organización puede recuperar el importe invertido en formación mediante bonificaciones en sus seguros sociales, siempre que las acciones formativas estén vinculadas al desarrollo profesional de sus empleados.
El mecanismo es sencillo, pero requiere planificación y conocimiento del proceso.
Precisamente ahí es donde Equipo Humano identifica el principal punto de fricción.
«Muchas compañías desconocen que cuentan con estos fondos o no saben cómo gestionarlos. Nuestra misión es facilitar ese proceso y ayudarles a convertir la formación en una experiencia transformadora que se traduzca en resultados reales».
Explican desde la consultora, que se ha especializado en acompañar a las organizaciones en la activación eficaz de su crédito formativo.
El futuro se entrena: competencias digitales y liderazgo humano.
Mirando hacia 2026, Equipo Humano anticipa que las áreas con mayor demanda de formación serán las competencias digitales, el liderazgo humano y la gestión emocional en entornos híbridos y multigeneracionales.
Tres pilares que reflejan las transformaciones profundas que están experimentando las organizaciones en un contexto de cambio acelerado.
«El futuro exigirá líderes más humanos, equipos más autónomos y culturas más confiables. Y todo eso se entrena», sentencia García.
Una afirmación que resume la filosofía de una consultora que no entiende la formación como un fin en sí mismo, sino como el medio para preparar a las personas y a las empresas para los desafíos que ya están aquí.
Mientras tanto, los más de 1.000 millones de euros sin utilizar siguen siendo un recordatorio incómodo: el recurso está disponible, el derecho está pagado y la necesidad es evidente.
Solo falta que las empresas decidan aprovecharlo.
