El Silencio es un buen maestro: Silencio y liderazgo

El Silencio es un buen maestro: Silencio y liderazgo

¿Qué tenemos que aprender del Silencio desde los recursos humanos y el liderazgo de equipos?

Parece curioso, pero el silencio enseña mucho más de lo que imaginamos, pero no le prestamos la atención que quizás se necesite, y si le prestamos atención, no somos consientes que nos está aportando mucha información.  

El silencio es la ausencia total de sonido, y ocurre en muchas ocasiones.

Cuando hablo de sonido hablo de cualquier ruido, sea este la propia habla del ser humano o un sonido cualquiera que interfiere en nuestro cerebro, y a sus diferentes y diversos canales para trasmitirlo.

El Silencio podría ser considerado como un canal más de mensajes.

Con su propio contenido en ocasiones por descubrir, pero que enseña mucho en función del contexto en el que se sitúe, siempre y cuando le prestemos la atención necesaria.

Posiblemente podemos estar hablando de indiferencia, incomprensión, negación, huida, falta de confianza, sinceridad, una decisión, etc.,

O simplemente que la información remitida no es de interés en esos momentos.

Empecé a oír hablar del silencio hace ya algunos años, allá por los años 90 en una visita que pude realizar a La Cartuja de Porta-Coeli.

Donde los monjes viven en silencio y solo escuchan las narraciones de las lecturas durante la comida y sus propias voces en los maitines.

El resto del día lo pasan realizando sus labores y cuando tienen que decir algo importante, lo hacen susurrando para no molestar al resto de monjes de La Cartuja.

Tuve la oportunidad de estar durante una mañana, gracias a un encargo de mi mujer, que estudiaba en su momento arqueología y que tenía que hacer un trabajo sobre un claustro gótico.

Silencio y liderazgo

Pero no dejaban entrar a mujeres, así que allí fui con todas las preguntas que tenía en una libreta, y un gran amigo licenciado en arte, de nombre Vicentín, persona inteligente donde las haya y con una gran experiencia en esto del arte, que me acompañó para no liarla.

Y así fue, la lié. Me quedé ensimismado, asombrado, del gran silencio que reinaba en el Monasterio a pesar de la multitud de personas que trajinaban por los pasillos.

Menos mal que venía mi amigo, porque yo solo hacía preguntas sobre el silencio, de lo contrario nunca hubiera podido presentar el trabajo.

Ahora bien, ¿qué tiene que ver el silencio con los recursos humanos o el liderazgo de equipos?

Pues mucho más de lo que pensamos. A continuación, enumero algunas preguntas para realizarnos a nosotros mismos:  

  1. ¿Qué ocurre cuando envías un correo con información que tu consideras de especial relevancia y no obtienes respuesta?
  2. Cuándo estás haciendo un estudio de clima laboral y obtienes un índice de respuesta muy baja, ¿qué conclusión hay detrás?
  3. En una entrevista de selección, ¿cuánto tiempo permaneces en silencio?
  4. ¿Utilizas el silencio para resaltar un buena noticia o reconocimiento en las entrevistas de evaluación del desempeño?
  5. Cuando das unas instrucciones claras y la respuesta es el silencio ¿qué piensas?
  6. ¿Un buen uso del silencio hace centrar el tema de la reunión?
  7. ¿Por qué en las reuniones de equipo siempre hay algunas personas que están en silencio? ¿Qué haces?
  8. En los momentos que estás en silencio ¿cómo haces para hacer callar los pensamientos rumiantes?
  9. ¿Tienes tus momentos de silencio para planificar las necesidades de recursos humanos de la empresa?
  10. Algo ha salido mal en lo planificado, ¿utilizas el silencio para encontrar una solución en equipo?

¿Cuántas influencias tiene el Silencio en la gestión de personas? ¿Y para el liderazgo de nuestros equipos?

Si te paras a pensar, cuántas y cuántas influencias tiene el silencio en la gestión de personas y en muchas ocasiones qué poco nos paramos a pensar en utilizarlo para nosotros y para la gestión de nuestros equipos.

Yo, en determinados momentos del mes, necesito estar en silencio para ver el futuro de mi empresa, de los proyectos, de tener la capacidad de cargar las pilas para salir más fortalecido.

Es entonces cuando me subo a una loma cercana al monasterio y paso unos cuantos minutos en silencio para aprender de él.

Te lo recomiendo, aprende del silencio y practícalo. Yo, lo practico.

José Enrique García, Director General de Equipo Humano.