Cómo tratar a personas tóxicas en el trabajo

Cómo tratar a personas tóxicas en el trabajo

¿Sabes cómo tratar a personas tóxicas en el trabajo?

Todos hemos trabajado alguna vez con alguien que parece tener una habilidad especial para generar malestar. Personas que critican constantemente, que manipulan o que boicotean los logros ajenos.

Aunque el término “tóxico” se usa con ligereza, la ciencia confirma su impacto: según la Teoría de la Contaminación Emocional (Hatfield et al., 1994), las emociones negativas se propagan en los equipos con la misma facilidad que las positivas, afectando la motivación y el rendimiento.

1. Comprender el fenómeno: la toxicidad como síntoma, no como identidad

Una persona tóxica no “es” así; se comporta así en función de su contexto y sus recursos emocionales. Entenderlo ayuda a separar el comportamiento de la persona, una clave respaldada por la Teoría de la Inteligencia Emocional (Goleman, 1995).

Esta perspectiva evita reaccionar desde el juicio y permite analizar qué patrón se repite, qué busca la persona y cómo nos afecta.

2. No entres en su juego: el contagio emocional es real

Las emociones son contagiosas. Mantener la calma y el foco propio implica fortalecer el locus de control interno (Rotter, 1966): reconocer que no podemos cambiar al otro, pero sí decidir nuestra respuesta.

No alimentar la queja, evitar discusiones en caliente y proteger espacios personales son formas de conservar ese control psicológico.

3. Marca límites claros, con respeto pero sin titubeos

La asertividad, según el Modelo de Comunicación Asertiva de Alberti y Emmons (1970), combina respeto y firmeza. Frases como “Prefiero que hablemos con respeto” o “Podemos centrarnos en lo que sí depende de nosotros” expresan límites sin agresividad.

Esta habilidad, cuando se practica de forma coherente, disuade conductas nocivas sin generar enfrentamientos innecesarios.

4. Refuerza tus aliados y el clima positivo

La Teoría del Aprendizaje Social (Bandura, 1977) muestra que las personas imitan los comportamientos que observan reforzados. En un equipo, esto significa que premiar y reconocer la colaboración y el respeto genera un efecto dominó que neutraliza la negatividad.

Crear microculturas de apoyo y celebrar los logros compartidos es una estrategia tan emocional como organizacional.

5. Cuida tu propio bienestar emocional

El Modelo de Bienestar Psicológico de Carol Ryff (1989) recuerda que el equilibrio personal no depende solo del entorno, sino también del propósito y la autoaceptación.

Practicar mindfulness, desconexión digital o escribir un diario de gratitud ayuda a mantener una percepción de control y sentido, incluso en contextos adversos.

6. Y si nada cambia… decide con madurez

Hay entornos donde la toxicidad no es individual, sino cultural. Si la organización no actúa, los comportamientos negativos se cronifican. En ese punto, la decisión más inteligente puede ser poner distancia.

Como señala Goleman (1995), la autorregulación también implica saber cuándo retirarse para preservar el propio equilibrio.

Gestionar personas tóxicas no se resuelve con improvisación, sino con una combinación de firmeza, empatía y autoconocimiento, respaldadas por décadas de investigación psicológica.

Porque el liderazgo personal —como diría Bandura— se construye observando, aprendiendo y eligiendo conscientemente quién quieres ser, incluso cuando el entorno te pone a prueba.


¿Quieres saber cómo tratar a personas tóxicas en el trabajo y fortalecer tu equipo?

Frente a las personas tóxicas, el verdadero liderazgo no se demuestra con autoridad, sino con consciencia. Liderar equipos implica reconocer que cada comportamiento —positivo o negativo— tiene un impacto que se multiplica.

Por eso, desarrollar líderes capaces de gestionar emociones, comunicar con empatía y mantener la cohesión incluso en momentos difíciles, es más que una ventaja competitiva: es una necesidad.

En Equipo Humano creemos que los equipos no se transforman desde la teoría, sino desde la experiencia.

Nuestras formaciones experienciales en liderazgo empático y no tóxico ayudan a los profesionales a practicar estas competencias en entornos reales, a identificar dinámicas dañinas antes de que escalen y a construir culturas de trabajo más saludables, colaborativas y productivas.

Porque un liderazgo consciente no solo neutraliza la toxicidad: inspira bienestar, confianza y resultados sostenibles.

José Enrique García

CEO Equipo Humano