Preparar la empresa para 2013

Las personas estamos programadas para cambiar. El inicio de año siempre está lleno de buenos propósitos para mejorar. De la misma forma que ya tienes pensados los cambios en tu vida para el año nuevo, Alicia Escobar propone diez puntos clave de reorganización en tu empresa. Artículo publicado en el diario Levante EMV el 9 de diciembre de 2012.

Identificar el talento, detectar puestos clave, seleccionar operaciones que aportan valor y minimizar las que generan sobrecostes… Reorganización.


El nuevo año para muchos es sinónimo de mejoras, nuevos hábitos personales, emprendimientos y relaciones. Mientras que en el plano personal lo tenemos más claro, no debemos parar a pensar en nuestras empresas.

La empresa es un ecosistema vivo y, por tanto, susceptible de adoptar un cambio más o menos radical en su modo de vida. ¿Has preparado tu empresa para el año nuevo? Identificar los talentos, detectar los puestos clave, seleccionar las operaciones que aportan valor, minimizar aquellas que generan sobrecostes o modificar sensiblemente un proceso sienta igual de bien que la modificación de la dieta o el comienzo del ejercicio físico regular en las personas.

Las personas estamos programadas para cambiar en momentos clave; el inicio de año y el comienzo del curso escolar permanecen anclados en nuestra mente como los grandes momentos de cambio. De la misma forma que ya tienes escritos los cambios en tu vida para el año nuevo, te ofrezco la posibilidad de conocer los diez puntos clave de reorganización en tu empresa:


Clave 1. Redefinición de tu modelo de negocio destacando sólo los puntos que aportan valor, haciendo más palpable las operaciones que te diferencian de la competencia y te dan identidad como empresa y un lugar dentro del mercado.

Clave 2. Definición de los elementos organizativos que maximizan la efectividad de la gestión, y su representación gráfica en el organigrama y las unidades que lo forman.

Clave 3. Detección de las unidades de talento y su distribución en la organización, equilibrando las acciones en todos los puntos clave (comercial, producción, gestión, aseguramiento de la calidad).

Clave 4. Medición del grado del ajuste entre las personas y los puestos. Sin pretender un complejo sistema de valoración del desempeño, la reorganización incluye una medida de ajuste razonable entre la demanda del puesto y las cualidades personales que lo desempeñan.

Clave 5. Garantía de una distribución de funciones adecuada, asegurando que la suma de responsabilidades individuales le permita a la compañía obtener los mejores resultados. Es imprescindible atender los solapamientos y vacíos de función, resultantes de la acomodación de las personas y de una evolución natural.

Clave 6. Establecimiento de unidades de desarrollo de habilidades y capacidades necesarias para crear una ventaja competitiva continua, debido a que la mejora en todas las unidades de la empresa es, en esta época sí, la garantía de éxito.

Clave 7. Descripción de unos objetivos consensuados y conocidos y de una agenda para el cambio que va a impedir el estancamiento y la inflexibilidad.

Clave 8. Existencia de un sistema de valoración y seguimiento de resultados. Un sistema de vigilancia de procesos y personas es necesario para asegurar la calidad total.

Clave 9. Gestión de los factores determinantes de compromiso personal de los empleados, en particular es necesaria la medición de la confianza y la atmósfera de colaboraciones entre personas.

Clave 10. La puesta en marcha de un sistema de comunicación estratégica y coherente que mueve la organización y detecta nuevas necesidades de reorganización futuras.

 


La necesidad reorganizativa de las empresas actuales centra el reto en la conexión de estructuras y procesos con la dimensión humana que se desarrolla en el seno de la empresa, con el único objetivo de reducir los costes productivos y aumentar la competitividad de las empresas. Las intervenciones en comunicación y gestión del conocimiento han supuesto saltos cuantitativos importantes para todas las organizaciones, aún sin conexionar, en algunas ocasiones, con las estructuras y procesos.

Para algunos, el reto de vislumbrar esta conexión entre procesos y personas ya es un hecho, y han incorporado una reorganización de personas que ha conseguido mejorar sus resultados, identificando vacíos de función, destapando el solapamiento entre tareas y personas o detectando los puntos de atasco enemigos de la eficacia. El método es sencillo y la incorporación de soluciones conduce a maximizar los beneficios reduciendo las fricciones entre procesos y personas, un gran paso en el engranaje perfecto de la organización.


Alicia Escobar

Consultora senior de Equipo Humano

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