Después de la “cremà”, es hora de “pegarle fuego” a nuestro obsoleto modelo de negocio
En primer lugar, dejemos claro qué es eso del «modelo de negocio».
El modelo de negocio es, ¡ahí es nada!, cómo una empresa tiene planificado servir a sus clientes, obtener ingresos y generar beneficios.
Tener un modelo de negocio definido supone que se planifique ordenada y sistemáticamente todo el proceso de inicio y desarrollo del mismo:
Desde la configuración del capital de la empresa, la definición de la misión, de los objetivos a conseguir o de los valores de la organización, hasta la estrategia, el presupuesto, los productos o servicios a fabricar, comercializar o prestar, los clientes a los que dirigirse, los canales de venta, etc.
